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Blog de Javier Memba

El insolidario

Otra aventura de Jhen

Archivado en: Cuaderno de lecturas, Jacques Martin, Jhen, sobre "El ogro y la Flor de Lis", de Jacques Martin y Jean Pleyers

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            Los estudiosos de Mortadelo y Filemón -entre los que yo, aun siendo un rendido admirador de sus aventuras, no me cuento- se refieren a ciertas entregas del año 90 como "apócrifas con firma tampón". Son títulos como El rescate botarate, El Inspector General o El gran sarao, de tan escasa calidad que hicieron que la entonces editora de la serie, Julia Galán, cuestionase a Ibáñez sobre la calidad gráfica y argumental de lo que estaba presentando.

 

            Los estudiosos más devotos del maestro barcelonés hablan de esa "firma tampón" porque son entregas tan malas que se atribuyen a ese equipo editorial, que prosiguió con las aventuras de los de la TIA, mientras el entrañable Ibáñez litigaba con Bruguera por sus derechos sobre sus personajes. Sólo tengo un álbum apócrifo con firma tampón; o, por mejor decir, firmado directamente por el "equipo editorial": El crecepelo infalible. Su pie de imprenta data de mayo de 1986, aunque los expertos consideran que fue dibujado en 1985. De lo que no hay duda es de que se trata de un apócrifo. Si aún lo guardo entre mi colección de Mortadelos, es debido a un procedimiento semejante al que me lleva a ver una película mala, sabiendo a ciencia cierta que lo es, si la actriz que la protagoniza me gusta lo bastante como para deleitarme solo con mirarla.

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Publicado el 24 de junio de 2018 a las 14:45.

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Una antología de Valdemar (y V)

Archivado en: Cuaderno de lecturas, Felices pesadillas

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(viene del asiento anterior)

Debo confesar que Richard Middleton me era un desconocido antes de descubrirle aquí. Ya ganado por la contundencia de su relato -Un comerciante de ataúdes (1912)-, he leído con avidez sus noticias biográficas y he sabido que este autor fue uno de esos escritores suicidas que, sólo por ser asesinos de sí mismos, ya me interesaban en mi adolescencia, que es como decir en los comienzos de mi experiencia como lector de cuentos de miedo. Parece ser que Middleton puso fin a sus días aquejado de melancolía, que se llamaba entonces, a comienzos del amado siglo XX (1911), cuando se mató, a las depresiones que le venían agobiando desde que se le recuerda.

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Publicado el 1 de febrero de 2018 a las 22:45.

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Una antología de Valdemar (IV)

Archivado en: Cuaderno de lecturas, Felices pesadillas

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(viene del asiento del 21 de diciembre de 2017)

La novela del polvo blanco, de Arthur Machen, se incluye entre los relatos que suceden a El gran dios Pan (1894), traducidos y anotados por Juan Antonio Molina Foix para una edición de Valdemar de 1999. Tampoco falta en la selección de Los mitos de Cthulhu, que en 1969 estuvo al cuidado de Rafael Llopis para el Libro de Bolsillo de Alianza Editorial. En fin, un título fundamental en las antologías clásicas del género, sobre el que ya he escrito bastante en esta bitácora. Remito al lector a las entradas referidas a dichos textos. Por lo demás, ahora tan solo anotaré que dicha pieza, que en realidad es la tercera de Los tres impostores (1895), es la traída a Felices pesadillas de Machen y yo la tengo entre las cumbres del género. Como es sabido, en ella se nos cuenta la experiencia de un abogado que, por un error del farmacéutico que se lo dispensa, en lugar del reconstituyente que le ha recetado el médico comienza a ingerir cierta substancia consumida en los aquelarres -el Vinun Sabbati aludido a veces en su título- hasta acabar convertido en una "masa oscura y putrefacta, rebosante de corrupción y horrenda podredumbre".

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Publicado el 19 de enero de 2018 a las 16:15.

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Otro tributo a los tebeos

Archivado en: Cuaderno de lecturas

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            Esa reivindicación de la palabra "tebeo" frente a denominaciones más elevadas, como puedan serlo novela gráfica, noveno arte o simplemente cómic, nos demuestra que aquellas historietas fueron mucho más que unas viñetas joviales y seriadas para quienes prefieren llamarlas tebeos. No son otros que aquellos niños y adolescentes que los leían con avidez hace cuarenta, cincuenta o sesenta años. Para ellos, los tebeos fueron, ni más ni menos, que uno de los pilares de su educación sentimental. Esa nostalgia de algo muy querido es el motivo de Historietas del tebeo, la muestra que hasta el próximo cuatro de febrero puede visitarse en el madrileño Museo ABC.

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Publicado el 16 de enero de 2018 a las 08:15.

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Hablando con Alicia Giménez Barlett

Archivado en: Cuaderno de lecturas, Alicia Giménez Barlett

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La casualidad ha querido que en Mi querido asesino en serie (Destino), la nueva aventura de Petra Delicado, la inspectora creada por Alicia Giménez Barlett -además de con el subinspector Fermín Garzón- se vea obligada a trabajar con un mozo de escuadra: Roberto Fraile, "un oficial treintañero tan metódico y aplicado como insulso e intratable". La escritora se ríe al admitir que este dato sobre la colaboración entre las dos policías le ha convertido, sin ella pretenderlo, en una autora de anticipación. De una u otra manera, es como si la suerte pretendiera recochinearse de la inspectora favorita de los lectores: los superiores de Delicado confían al autonómico el mando del caso.

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Publicado el 2 de enero de 2018 a las 23:45.

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Una antología de Valdemar (III)

Archivado en: Cuaderno de lecturas, Felices pesadillas

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(viene del asiento del 28 de noviembre de 2017)

Uno de los grandes placeres de mi experiencia entre líneas fue leer, a excepción de una o dos, todas las selecciones de cuentos del gran Guy de Maupassant que Esther Benítez tradujo y compiló para Alianza Editorial. Sin embargo, Junto a un muerto, la pieza del maestro del naturalismo traída a Felices pesadillas me era desconocida. Su asunto, claramente surgido de la admiración que Maupassant sintió por Schopenhauer, ronda el miedo, pero acaba decantándose por el humor. El narrador coincide en un rincón del Mediterráneo francés con un alemán tísico, ya consumido por la enfermedad, que gusta ponerse en un banco al sol, frente al hotel que los alberga a los dos. Cuando entablan conversación, a cuenta de un volumen de Schopenhauer, anotado de su puño y letra por el autor, el alemán refiere al narrador cómo conoció al filósofo hasta en su muerte, y en su velatorio seguía dándoles miedo su sonrisa. Esa sonrisa, que hacía que quienes conocían a Schopenhauer creyeran haber pasado una hora junto al diablo.

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Publicado el 21 de diciembre de 2017 a las 12:15.

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Una exégesis de "Drácula"

Archivado en: Cuaderno de lecturas, sobre Los poderes de la oscuridad

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Los poderes de la oscuridad de Bram Stoker y Valdimar Ásmundsson, publicada recientemente por B, es y no es una edición crítica de Drácula, la celebrada novela de Stoker dada a la estampa por Archibald Constable en 1897. En puridad, se trata de la primera traducción al islandés de Drácula. Pero Ásmundsson, a cuyo cargo estuvo, la parafraseó hasta el punto de hacer una nueva versión del clásico de Stoker, "más corta, más oscura y más erótica" que el original. No faltan, entre las diferencias con el modelo, nuevos personajes y todo ello, según sostiene en el prefacio Dacre Stoker -biznieto de un hermano de Bram-, bajo los auspicios de su antepasado.

Publicada por entregas a partir del trece de enero de 1900 en el Fjallkonan, un periódico de Reikiavik del que era editor el propio Valdimar -en cuyo nombre resuena inexorable el del señor Valdemar de Poe y el de Waldemar Young, uno de los grandes guionistas del ciclo de terror de la Universal-, fue editada como libro en esta misma ciudad en 1901 bajo el título de Makt Myrkranna (Los poderes de la oscuridad). Sin embargo, la paráfrasis de Valdimar -que también demuestra ser una excelente exégesis del original-, sólo aparecía citada como una traducción abreviada en la bibliografía más rigurosa de los textos canónicos concernientes a Drácula. A buen seguro que el secular aislamiento de Islandia respecto al resto de Europa y por ende del mundo -recuérdese que no se independizó de Dinamarca hasta 1944- contribuyó al ostracismo al que se condenó a la traducción durante más de un siglo. Lo cierto es que nadie la recordaba cuando, hace ahora tres años, fue descubierta por el investigador Hans Corneel de Roos.

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Publicado el 3 de diciembre de 2017 a las 23:45.

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Una antología de Valdemar (II)

Archivado en: Cuaderno de lecturas, Felices pesadillas

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(viene del asiento del 12 de octubre de 2017)

La muerta enamorada (1836), de Théophile Gautier, es un relato romántico canónico. Su propio título lo deja bien a las claras. Pero rezuma un anticlericalismo que ha venido a recordarme la eterna pendencia con el papismo de los góticos ingleses: Ann Radcliffe, Matthew G. Lewis... Clarimonda, su protagonista, además de una vampira singular -se vale de una aguja de oro para la extracción de la sangre de sus víctimas-, parece ser un súcubo que tienta a Romuald el día que va a ser ordenado sacerdote. Que sea un Romuald, ya viejo, quien cuenta la historia como un asunto de su juventud a un joven cura es un procedimiento que me seduce.

 

Ya en su nueva parroquia, Romuald es requerido para dar una extremaunción. Cuando acude al lugar donde se le llama, la dama, a la que debía bendecir con el último sacramento, no es otra que Clarimonda. Prendado de su belleza y creyéndola cadáver, la besa en los labios. Al punto, la muerta enamorada resucita. Es el comienzo de un apasionado amor que se desarrolla en las noches de Romuald, cuando mediante oscuros prodigios se convierte en el amante de Clarimonda en Venecia. La sombría experiencia del joven no se le pasa por alto al abad Serapione, uno de los superiores del Romuald, a quien advierte que está jugándose la salvación de su alma. Como el joven cura insiste en su nefasto amor -que sí parece cierto- a Serapione no le queda más remedio que mostrarle la tumba donde yacen desde hace mucho tiempo los restos de Clarimonda, quien -en efecto- resulta ser un súcubo de Belcebú.

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Publicado el 28 de noviembre de 2017 a las 12:15.

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Una antología de Valdemar (I)

Archivado en: Cuaderno de lecturas, Felices pesadillas

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Como buen amante del cuento de miedo que soy, empiezan a ser numerosas las selecciones que he tenido oportunidad de leer: las de Rafael Llopis -Los Mitos de Cthulhu (1969), Antología de cuentos de terror (1981)-, las de la Editorial Valdemar – Cthulhu, una celebración de los mitos (2001), Maestros del horror de Arkham House (2007)-, Los hombres lobo (1993), al cuidado de Juan Antonio Molina Foix, o El sudario de hierro y otros cuentos góticos, compilados por Roberto Cueto para la colección Infernaliana de la excelsa y efímera Celeste Ediciones. Por no hablar de las diversas selecciones de los grandes autores -Poe, Lovecraft, Machen…- a los que suele editarse en selecciones de cuentos. No en vano fueron cuentistas antes que novelistas. El cuento es el vehículo ideal para el espanto, como la novela lo es para la aventura, la psicología o el romance.

 

De Felices pesadillas, la selección de Valdemar cuya lectura me ha ocupado estos últimos días, lo primero que me ha llamado la atención ha sido su cronología, que permite trazar un recorrido por el género desde sus orígenes hasta nuestros días. Nada más lógico que empezar las cosas por el principio. Pero que los títulos publicados por la editorial en sus quince primeros años de actividad (1987-2003) ya les permitieran presentar todo un compendio del género a través de sus mejores ejemplos, es la evidencia de la decidida apuesta de la casa por el cuento de miedo. El Club Diógenes, junto con Gótica la colección que incluyó en sus distintos números a la mayoría de los autores recopilados en este delicioso tocho (982 páginas), inició su singladura cuando también lo hizo El ojo sin párpado, la apuesta de Siruela por estos mismos horrores. Pero los cuarenta y ocho números que publicó esta última en sus seis años de vida (1987-1993) se quedan en muy poco frente a los doscientos de El Club Diógenes en sus tres primeros lustros.

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Publicado el 12 de octubre de 2017 a las 18:45.

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La nueva entrega de Blake y Mortimer (y II)

Archivado en: Cuaderno de lecturas, Las aventuras de Blake y Mortimer, sobre "El testamento de William S."

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            (Viene del asiento anterior)

            Así como la textura de los dibujos de Jacobs se perdió inexorablemente en la prolongación de la serie, la densidad de los bocadillos de los discípulos no desmerece, ni en extensión ni en altura intelectual, a los del maestro. En ambos casos son tan enjundiosos y extensos que sólo por ello las aventuras de Blake y Mortimer merecerían ese término de "novela gráfica", que parece referirse a las historietas más elevadas.

 

Tanto es así que el William S. aludido en este nuevo título no es otro que Shakespeare. Sí señor, la eterna especulación sobre la autoría de su obra da pie a Sente a urdir una trama en torno a dos sociedades. Por un lado, están los stratfordianos. Como bien puede deducirse de su nombre, tomado del de Stratford-on-Avon -solar natal de Shakespeare- son los defensores a ultranza de la autoría de todas las obras que se le atribuyen al Bardo. Frente a ellos se yerguen los oxfordianos, quienes lo ponen en duda. A mediados del siglo XIX, la rivalidad entre ambas sociedades llevó a algunos de sus miembros a enfrentarse en duelo. El conflicto tomó tales dimensiones que llevó a un tal Lord Sandfield a donar una cuantiosa cantidad a aquellos que aportasen la prueba definitiva en el plazo de una centuria.

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Publicado el 11 de septiembre de 2017 a las 01:00.

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Javier Memba

Javier Memba

            Periodista con más de cuarenta años de experiencia –su primer texto apareció en la revista Ozono en 1978-, Javier Memba (Madrid, 1959) fue colaborador habitual del diario EL MUNDO entre junio de 1990 y febrero de 2020. Actualmente lo es en Zenda Libros. Estudioso del cine antiguo, en todos los medios donde ha publicado sus cientos de piezas ha demostrado un decidido interés por cuanto concierne a la gran pantalla. Puede y debe decirse que el setenta por ciento de su actividad literaria viene a dar cuenta de su actividad cinéfila. Ha dado a la estampa La nouvelle vague (2003 y 2009), El cine de terror de la Universal (2004 y 2006), La década de oro de la ciencia-ficción (2005) –edición corregida y aumentada tres años después en La edad de oro de la ciencia ficción-, La serie B (2006), La Hammer (2007) e Historia del cine universal (2008).

 

            Asimismo ha sido guionista de cine, radio y televisión. Como novelista se dio a conocer en títulos como Homenaje a Kid Valencia (1989), Disciplina (1991) o Good-bye, señorita Julia (1993) y ha reunido algunos de sus artículos en Mi adorada Nicole y otras perversiones (2007). Vinilos rock español (2009) fue una evocación nostálgica del rock y de quienes le amaron en España mientras éste se grabó en vinilo. Cuanto sabemos de Bosco Rincón (2010) supuso su regreso a la narrativa tras quince años de ausencia. La nueva era del cine de ciencia-ficción (2011), junto a La edad de oro de la ciencia-ficción, constituye una historia completa del género, aunque ambos textos son de lectura independiente. No halagaron opiniones (2014) fue un recorrido por la literatura maldita, heterodoxa y alucinada. Por su parte, David Lynch, el onirismo de la modernidad (2017), fue un estudio de la filmografía de este cineasta. El cine negro español (2020) es su última publicación hasta la fecha.  

 


 

          

 

Miniatura no disponible

 

Javier Memba en 2009

 

Javier Memba en 1988

 

Javier Memba en 1987

 

1996

 

 

Javier Memba en la librería Shakespeare & Co. de París

 

 

 

 

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Enlaces

-La linterna mágica

-Unas palabras sobre Vida en sombras

-Unas palabras sobre La torre de los siete jorobados

-50 años de la Nouvelle Vague en Días de cine

-David Lynch, el onirismo de la modernidad en Radio 3

-Unas palabras sobre Casablanca en Telemadrid

-Unas palabras sobre Tintín en Cuatro TV

 

 

ALGUNOS ARTÍCULOS:

Malditos, heterodoxos y alucinados de la gran pantalla

Nuevos momentos estelares de la humanidad

Chicas yeyés

Chicas de ayer

Prólogo al nº 4 de la revista "Flamme" de la Universidad de Limoges

Destinos literarios

Sobre La naranja mecánica

Mi tributo al gran Chris Marker

El otro Borau

Bohemia del 89

Unos apuntes sobre las distopías

Elogio de Richard Matheson

En memoria de Bernadette Lafont

Homenaje al gran Jean-Pierre Melville

Los amores de Édith

Unos apuntes sobre La reina Margot

Tributo a Yasujiro Ozu con motivo del 50 aniversario de su fallecimiento

Muere Henry Miller

Unos apuntes sobre dos cintas actuales

Las legendarias chicas de los Stones

Unos apuntes sobre el "peplum"

El cine soviético del deshielo

El operador que nos devolvió el blanco y negro

Más real que Homeland

El cine de la Gran Guerra

Del porno a la pantalla comercial

Formentera cinema

Edward Hopper en estado puro

El cine de terror de los años 70

Mi tributo a Lauren Bacall

Mi tributo a Jean Renoir

Una entrevista a Lee Child

Una entrevista a William McLivanney 

Novelistas japonesas

Treinta años de Malevaje

Las grandes rediciones del cómic franco-belga

El estigma de La campana del infierno

Una reedición de Dalton Trumbo

75 años de un canto a la esperanza

Un siglo de El nacimiento de una nación

60 años de Semilla de maldad

Sobre las adaptaciones de Vicente Aranda

Regreso al futuro, treinta años después 

La otra cabeza de Murnau

Un tributo a las actrices de mi adolescencia

Cineastas españoles en Francia

El primer surrealista

La traba como materia literaria

La ilustración infantil de los años 70

Una exposición sobre la UFA

La musa de John Ford

Los icebergs de Jorge Fin

Un recorrido por los cineastas/novelistas -y viceversa-

Ettore Scola

Mi tributo a Jacques Rivette

Una película a la altura de la novela en que se basa

Mi tributo a James Cagney en el trigésimo aniversario de su fallecimiento

Recordando a Audrey Hepburn

El rey de los mamporros

Una guía clásica de la ciencia ficción

Musas de grandes canciones

Memorias de la España del tebeo

70 años de la revista Tintín

Ediciones JC regresa a sus orígenes

Seis claves para entender a Hergé

La chica del "Drácula" español

La primera princesa de la lejana galaxia

El primer Tintín coloreado

Paloma Chamorro: el fin de "La edad de oro"

Una entrevista a la fotógrafa Vanessa Winship

Una recuperación del Instituto Murnau

Heroínas de la revolución sexual

Muere George A. Romero

Un mito del cine francés

Semblanza de Basilio Martín Patino

Malevaje en la Gran Vía

Entrevista a Benjamin Black

Un circunloquio sobre la provocación

Una nueva aventura de Yeruldelgger

Una dama del crimen se despide

Recordando a Peggy Cummins

Un tributo a las yeyés francesas

La última reina del Technicolor

Recordando a John Gavin

Las referencias de La forma del agua

El Madrid de 1988

La nueva ola checa

Un apunte sobre Nelson Pereira dos Santos

Una simbiosis perfecta

Un maestro del neorrealismo tardío

El inovidable Yellowstone Kelly

Que Dios bendiga a John Ford

Muere Darío Villalba

Los recuerdos sentimentales de Enrique Herreros

Mi tributo a Harlan Ellison

La inglesa que presidió el cine español

La última rubia de Hitchcock

Unos apuntes sobre Neil Simon

Recordando Musicolandia

Una novelista italiana

Recordando a Scott Wilson

Cämilla Lackberg inaugura Getafe Negro

Una conversación entre Läckberg y Silva

El guionista de Dos hombres y un destino

Noir español y hermoso

Noir italiano

Mi tributo al gran Nicholas Roeg

De la Escuela de Barcelona al fantaterror patrio

Recordando a Rosenda Monteros

Unas palabras sobre Andrés Sorel

Farewell to Julia Adams

Corto Maltés vuelve a los quioscos

Un editor veterano

Una entrevista a Wendy Guerra

Continúa el misterio de Leonardo

Los cantos de Maldoror

Un encuentro con Clara Sánchez

Recuerdos de la Feria del Libro

Viajes a la Luna en la ficción

Los pecados de Los cinco

La última copa de Jack Kerouac

Astérix cumple 60 años

Getafe Negro 2019

Un actriz entrañable

Ochenta años de "El sueño eterno"

Sam Spade cumple 90 años

Un western en la España vaciada

Romy Schneider: el triste destino de Sissi

La nínfula maldita

Jean Vigo: el Rimbaud del cine francés

El último vuelo de Lois Lane

Claudio Guerin Hill

Dennis Hopper: El alucinado del Hollywood finisecular

Jean Seberg: la difamada por el FBI

Wener Herzog y la cólera de Dios

Gordad, el gran maese de la heterodoxia cinematográfica

Frances Farmer, la esquizofrénica que halló un inquietante sosiego

El hombre al que gustaba odiar

El gran amor de John Wayne

Iván Zulueta, arrebatado por una imagen efímera

Agnès Varda, entre el feminismo y la memoria

La reina olvidada del noir de los 40

Judy Garland al final del camino de adoquines amarillos

Jonas Mekas, el catalizador del cine independiente estadounidense

El gran Edgar G. Ulmer

La última flapper; la primera it girl

El estigmatizado por Stalin

La controvertida Egeria del Führer

El gran Tod Browning

Una chica de ayer

El niño que perdió su tren eléctrico

La primera chica de Éric Rohmer

El último cadáver bonito

La exnovia de James Dean que no quiso cumplir 40 años

Don Luis Buñuel, "ateo gracias a Dios"

La estrella cuyo fulgor se extinguió en sus depresiones

El gran cara de palo

Sylvia Kristel más allá de Emmanuelle

Roscoe Arbuckle, cuando se acabaron las risas

Laura Antonelli, la reina del softcore que perdió la razón

Nicholas Ray, que nunca volvió a casa

El vuelo más bajo de la princesa Leia Organa

Eloy de la Iglesia y el cine quinqui

Entiérralo con sus botas, su cartuchera y su revólver

La chica sin suerte

Bela Lugosi y la sombría majestuosidad de Drácula

La estrella de triste suerte

La desmesura de Jacques Rivette

Françoise Dorléac

Klaus el loco

Una hippie de los 70

Jean Esustache, entre la Nouvelle Vague y el ascetismo

Nadiuska, un juguete roto

Thea von Harbou

Jesús Franco

David Cronenberg

Sharon Tate, como en un cuento de Sheridan Le Fanu

Un guionista sediento

La reina del fantaterror patrio

Dalton Trumbo y los diez de Hollywood

La primera chica que arrojó una tarta 

El desdichado Hércules contemporáneo

En la tradición familiar

El músico del realismo poético

Otro tributo a la gran Patty Shepard

Elmer Modlin y su extraña familia

Las coproducciones internacionales rodadas en España

Marilyn Monrore y su desesperado último gesto

Un amor más poderosos que la vida

El actor atrapado en sus personajes

Entre el fantasma de su madre y el final del musical

Barbet Schroeder

Amparo Muñoz

Samuel Bronston más alla de Las Rozas

Chantal Akerman

Françoise Hardy 

Un antiguo dogmático

Jane Birkin

Anna Karina, su turbulento amor y el Madison

Sandie Shaw, ya con calzado

El gran Serge Gainsbourg

Entre la niña prodigio y la mujer concienciada

La intérprete de Shakespeare que inspiró a The Rolling Stones

La maleta del capitán Wajda

Val Lewton y su dramatización de la psicología del miedo

La alimaña de Whitechapel

Cristina Galbó

La caravana Donner

Eddie Constantine

Un nuevo curso del tiempo

Rosenda Monteros

Una criatura de la noche

Una carta a Nicolás I

Edison y el 35 mm

Barbara Steele

El felón Esquieu de Floyran acaba con los templarios

Entre Lovecraft y Hitchcock

Tchang Tchong Yen recuerda a Hergé

La musa del ciberpunk

Néstor Majnó

Una leyenda del Madrid finisecular

El rey de la serie B

La primera cosmonauta soviética

Cuando la injuria sucede a la fatalidad

Bajo Ulloa y sus cuentos crueles

La cicerone de los Stones en el infierno 

Nace Toulouse-Lautrec

El París del Charlestón se rinde a Josephine Baker

Nastassja Kinski, la dulce hija del ogro

Un tributo a Sam Peckinpah

La leyenda del London Calling

Fiódor Dostoievski frente al pelotón de fusilamiento

Mi alucinada favorita

El hombre de las mil caras

El 7º de Caballería pierde la gloria

Un recuerdo de Silke

El genocidio camboyano

Peter Bogdanovich

Guy Debord y la sociedad del espectáculo

Un héroe de Iwo Jima 

Lupe Vélez tras el último tequila sunrise

El general Lee

Roman Polanski

Un hampón italoamericano

Jane Fonda en su juventud

Kraken en la Cuesta de Moyano

Josef von Sternberg

The Beatles en The Carvern y en el show de Ed Sullivan

Que la tierra le sea leve a Douglas Trumbull

El último superviviente del hampa de Chicago

Inma de Santis

El Álamo

Una musa insumisa

El malvado Zaroff y un elogio a las revistas pulp

Miles Davis

Un polaco y el amour fou

La Legión extranjera como género literario

Conchita Montenegro

Peter Lorre y su cara de villano

El juez de la horca

Syd Barrett

Kathleen Turner

Una caricatura de la hombría

Eric Clapton

Helga Liné

Butch Cassidy

Carlos Arévalo, un cineasta español

Nace el último bohemio

Pascual García Arano

María Perschy

El Combray de Ingmar Bergman

Carlos Castaneda

Una canción de Neil Young

Un suicida dandi

Hedy Lamarr

Philip K. Dick y sus realidades bastardas

La última mujer fatal

Andréi Tarkovski, otro maldito por la censura soviética

Nace la música de la New Age

"Wie einst" Lili Marleen

Una lectura de Byron en Villa Diodati

Un apostol de la sedición juvenil

Ava en mi ciudad

Rider Haggard

Una entrada para la "Historia universal de la infamia"

La Marguerite Duras cineasta

Gallardo y calavera

El hombre que vendió su alma a Elizabeth Taylor

El crímen de Charlotte Corday

Un elogio entusiasta de la urbe

Un ángel caído

Mary Bradbury teme por su vida

Pierre Étaix y su triste gracia

El mejor verano de los Rolling

María Rosa Salgado y su conmovedora discrección

La valentía de Ramón Acín

Sylvie Vartan

La cruz de Malta de Wim Wenders

La epifanía de Louis Daguerre

Carroll Baker

Marie Laforêt y mi amigo Eloy

Eliseo Reclus atisba su quimera

Patty Pravo

Richard Pryor contra sí mismo

Miroslava, una actriz marcada por la fatalidad

France Gall y el doble sentido

Robert Bresson y el cine puro

La gesta de Alekséi Stajánov

Nace el Rimbaud del Rock & Roll seminal

Dominique Dunne, una filmografía que se quedó en el aire

Un actor vampirizado por un personaje

Tolkien publica El Hobbit

La segunda musa de Godard

John Dos Passos entra en la eternidad

Alain Resnais, el cine de la memoria

Una musa del filme noir

El cadáver de Nancy Spungen en el Chelsea Hotel

La historia de Bobby Driscoll

Un icono del feminismo

Recordando a Tina Aumont

Colgaron a Gilles de Rais

Dario Argento

Nico en el cine

Dylan Thomas en su último trance

Brigitte Helm

Un punkie en la Disney 

Nace Billy el Niño

The Wall

Tennessee Williams

Vivien Leigh

Kazuo Sakamaki salva la vida en Pearl Harbor

El proscrito de la Escuela de Barcelona 

47 hombres de honor

Charlotte Rampling

La incomunicabilità del gran MIchelangelo Antonioni

F. Scott Fitzgerald

Un pilar del cómic estadounidense

Juliet Berto

Erik, el fantasma de la Ópera

Una comedia francesa

Un pesimista alegre

Una mirada indolente a la derrota 

Sender en Casas Viejas

Kipling en su último momento

Los hermanos Marx

Puente sobre aguas turbulentas

Anouk Aimée

Mary Shelley

Quentin Tarantino

Neal Cassady 

Natalie Wood

La heterodoxia de Ermanno Olmi

Fu-Manchú

Stefan Zweig pone fin a sus días

 

 

 

 

 

 

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